viernes, 8 de junio de 2012

EXABRUPTO





EXABRUPTO

Como la hoja en blanco sobre la que imprimo estas letras es mi día a día. Realmente así es el de todos nosotros, el de todos los humanos. No sabemos cuántas líneas escribiremos y ni siquiera si podremos poner punto final o nos quedará alguna palabra a medio escribir y alguna frase sin completar.

Nada nuevo bajo el sol de la existencia.

Pero tampoco nada nuevo bajo el sol de la resistencia, de la obcecación, de la tenacidad. Seguimos queriendo llenar de letras nuestra página y además queremos que esas letras tengan sentido, que nuestra existencia pueda ser leída y entendida porque nace de la lectura de otras páginas, de otras existencias. Somos trasmisores de experiencias y de vidas, somos imprescindibles cronistas de nuestro tiempo y del de otros.

Somos necesarios.

Tengo que decírmelo muy a menudo, porque el desaliento me inunda con demasiada frecuencia azuzado por la cruel matemática de los números rojos.

¡Mira, otra cosa más que compartir!, el rojo.

Rojo como el de la sangre, como el de las banderas, como el de las amapolas y el vino,  como el de la garganta irritada de indignación y la frente colérica por la falta de sentido común. También el rojo de los labios que prometen abrazos  y el del hilo de la vida, porque el hilo de la vida que nos une a todos también es rojo y cortarlo sólo consigue que secándose pierda su color y se torne negro.

Por favor, ¡PERSPECTIVA!. Orwell sólo se equivocó en la fecha, no fue en 1984, es ahora. Y como en su novela, nos enfrentamos a una época alienadora, revisionista y que culpabiliza la simple existencia sin asomo de sonrojo.

Si formaste parte del sistema y te lo creíste, eres culpable de falta de previsión, de falta de criterio y de haber vivido mejor de lo que “tu clase” puede permitirse. Y si estuviste en contra y quisiste estar al margen…., antisistema, antisocial, inadaptado, parásito o incluso terrorista será lo más agradable que puedas oír.

No pretendo hacer teatro para ser más político, quiero hacer teatro para ser más humano y con toda esta “poesía” anterior sólo quiero dibujar mi estado de ánimo, resistiéndome a la resignación y  confiando en conseguirlo.

Desde aquí, desde el centro de la meseta, hemos dejado de sentirnos en una tierra sin límites en el horizonte para descubrir que cualquier horizonte está para nosotros muy lejano.

Una gran extensión, a veces un gran desierto, poca población y además envejecida y prejuiciada. Políticos que eluden su responsabilidad invitándonos a “proyectarnos más allá de nuestra tierra porque no somos de Castilla y León, somos de Europa”. Graciosa parrafada cuando ya resulta casi imposible llegar  simplemente a Soria.

En esta tierra somos pocos, pero somos buenos, muy buenos y reconocidos allá donde vamos. Sin embargo sufrimos históricamente lo que en México definen con el termino “MALINCHISMO” (Actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio), lo que en las circunstancias actuales hace aun más difícil nuestra existencia, rodeados como estamos de prejuicios catetos y un dicharachero populismo que convierte la cultura en un bien de escaso valor social y productivo. Un discurso que cala muy bien en una población dispersa y sin relevo generacional.

Creo que este dibujo es perfectamente trasladable a otras Comunidades, sin olvidar a las que se han vuelto especialmente proteccionistas o a las que carecen de recursos.

La visibilidad de nuestro teatro, sigue siendo nula. Los “Max”, los “menox” y los de “max allá” sólo contribuyen a destacar lo mismo y desde los mismos lugares, y no menosprecio en absoluto ningún trabajo, me limito a constatar el escaso margen con el que contamos para poder reivindicarnos con dignidad.

Ahora, después de lustros de mal uso de la taquilla, de erróneas políticas del “casi gratis” y de paternalismo mal entendido con el público, nos encontramos con una inmensa red de infraestructuras para la exhibición teatral condenada al deterioro y la infrautilización. Nos encontramos con propuestas peregrinas que prefieren el relumbrón de un día al más tímido brillo de una temporada, aunque esto último garantice la existencia de toda la profesión.

Tenemos, lo hemos demostrado, inteligencia, tesón e imaginación. Sólo necesitamos un poco de atención para que se escuchen nuestras propuestas. Somos los primeros interesados porque nos va la vida en ello. Hemos viajado, hemos  compartido y vivido en otros países donde las cosas se hacen mal y donde se hacen bien. Hemos aprendido, sabemos distinguir, NOSOTROS SÍ SABEMOS DE LO QUE HABLAMOS.

Acepto, no sin indignación, que hay que empezar de nuevo. Acepto, no sin indignación, que no hay recursos, que nos han robado y no puedo decir nada. Pero no estoy dispuesto a permitir que se cometan los mismos errores, que no se valore el talento y que la cultura, El TEATRO, sea mercancía prescindible.

Me niego a creer que mis brazos no producen y que no contribuyo con mi esfuerzo al bienestar social.  Me niego al “pan y circo” y al reduccionismo cicatero que obliga a elegir entre pensar y comer.

Si como sociedad no construimos una identidad nos convertimos en masa y entonces Orwell, cuando juntó letras sobre un folio en blanco, no hizo una novela sino una profecía.

¿Bienvenidos a 1984?.






                                                                     Javier Esteban.

martes, 10 de abril de 2012

La oportunidad perdida de Dios



En estos días en los que la comunidad cristiana celebra la muerte y resurrección del que consideran hijo de Dios me ha estado rondando la cabeza una idea, o más bien un interrogante, sobre esta realidad tan compleja de las religiones y más en concreto sobre el cristianismo, que por algo es la ortodoxia que más directamente me afecta.

Jesús no obtiene su condición de Dios por lo que dijo. Sus revolucionarias bienaventuranzas o su invitación a amar al prójimo no le convierten en divino, al fin y al cabo no fue el primero, ni el último,  en predicar sobre el amor, la bondad y la justicia. El verbo de Jesús es propio de un hombre excepcional, no cabe duda, pero sus palabras son las de un hombre. En Dios lo convierten sus habilidades para desafiar las leyes naturales, lo que conocemos como "milagros", y entre estos el más importante es este de la muerte y resurrección que nos recuerdan los cristianos cada año durante la primera luna llena después del equinoccio de primavera.

Se acepta pues que desafiar las leyes naturales solo puede estar al alcance de un ser divino, es decir, un ser superior. Los cristianos sostienen que todo lo que vemos, el mar, la tierra, los astros, el universo... es obra de un ser superior: Dios ¡El creador supremo! ¡Solo quién ha creado todo puede alterar el orden de las cosas! Por lo tanto se acepta que multiplicar peces sin necesidad de irse de pesca, resucitar muertos sin usar un desfibrilador, devolver la vista sin hacer una intervención de córneas o desafiar la ley de la gravedad ascendiendo al cielo sin ayuda de ningún propulsor solo puede ser obra de Dios.

Yo personalmente no creo en la existencia de este ser supremo. Ni creo que un hombre sin ayuda tecnológica pueda alterar las leyes naturales. Creo en la evidencia ¿Los milagros de Jesús son una evidencia? ¿Están suficientemente documentados? Solo tenemos el testimonio de los evangelistas y no seré yo el que cuestione a nadie, que cada uno es muy libre de creerse lo que quiera, pero a mi no me convencen.

¿Que evidencias podrían convencer a un "descreído" como yo? Como ya he dicho no creo que exista un creador pero si este existiera y envíase ni más ni menos que a su hijo para convencernos de su existencia yo le pediría que además de impresionarnos con sus habilidades para modificar las leyes de su propia creación nos iluminase explicándolas. Lo tenía muy fácil, no digo yo que nos hubiese dado todas las explicaciones, la edad del universo, el número exacto de galaxias, los planetas semejantes a la tierra o menos aún la teoría de la evolución o la de la relatividad, que tampoco se trata de quitarle la gloria a nadie, pero unas cuantas pistas, creo yo, habrían ayudado.

Podría haber dejado caer, por ejemplo, que el mundo tiene millones de años y no esos pocos miles que insinúa el antiguo testamento, que la Tierra no es el centro del universo o el número exacto de planetas que nos acompaña girando alrededor del Sol. Son cosas que escritas por los evangelistas hace dos mil años supondrían evidencias de que Jesús disponía de informaciones sobre la creación imposibles de obtener por vías científicas en esa época y que por lo tanto solo estaban al alcance de un ser superior, de un ser que conocía los secretos de la creación, de un ser que bien podía ser Dios.

Entiendo que este tipo de datos no hubiesen sido tan eficaces como los milagros y que resulta mucho más sencillo montar una religión deslumbrando con efectos impactantes que exponiendo evidencias irrefutables, pero no termino de entender que Dios, desde su infinita sabiduría, tenga en tan poca consideración la inteligencia del hombre.


Carlos Tapia

miércoles, 18 de enero de 2012

BALONAZOS DE ARTE



BALONAZOS DE ARTE

Hace poco tiempo, he oído decir a un futbolista de los de élite que si gana mucho es porque genera mucho, aunque su club de fútbol deba unos cuantos "cientos de millones" a la Hacienda Pública.

Una de dos, o no genera tanto y su club no puede pagar lo que debe, o genera mucho y alguien no paga lo que debe. Cabe una tercera posibilidad, y esta es, que solo genera para si mismo. De cualquier manera su potencia generadora, al final, no es directamente proporcional al coste de su ficha impuestos incluidos. Es decir, lo que el club de fútbol en cuestión paga por este balonpedista no es recuperable a través de los socios del club, las venta de entradas y los derechos publicitarios del fichaje en cuestión, porque si no, no se entiende que Hacienda (que somos todos) no vea ni un euro.

Este mismo jugador también opinó sobre arte. La perla del ínclito se basó en la comparación entre su cachet y una obra de arte. Alegando que no a todo el mundo le gustan determinados cuadros y sin embargo estos se compran a cargo del erario público para su posterior exhibición.

Más allá de reflexiones sobre arte y cultura, convendría recordar que se producen muchas menos adquisiciones de arte que fichajes estrella y que la adquisición de una obra de arte con fondos públicos está sujeta a los correspondientes controles e incrementa el patrimonio de todos. También hay que tener en cuenta que la obra de arte reconocida como tal, por más horrorosa que nos parezca, aumenta su valor con el paso del tiempo, y que el coste de su mantenimiento es muchísimo menor que el coste de renovación de  la ficha en cuestión.

La obra de arte también genera derechos de reproducción de imagen y atrae "aficionados" de todas partes para contemplarla. Podría decirse que incluso genera empleo.  La obra de arte también se puede llevar en el corazón, como un determinado color, y traspasa generaciones, como un determinado club. Incluso se puede reproducir en camisetas y posters, y hay quién se atreve a llevarla de salvapantallas en el móvil.

No me extiendo más, porque no hace falta. Ahí quedan mi reflexión y la de aquel jugador de fútbol.Por cierto, no tengo nada en contra de ese deporte siempre y cuando liquiden sus cuentas con Hacienda, porque la roja somos todos, ¿o no?.

Javier Esteban

P.D.: La ilustración es un fragmento desenfocado de "El Origen del Mundo", pintado por Gustave Courbet en 1866.

jueves, 11 de agosto de 2011

10 AÑOS DE RUTA



En 1998 Miguel Delibes publicó la que sería su última y espléndida novela “El hereje” y el 2002 esta compañía recibió el encargo, por parte del Ayuntamiento de Valladolid, de teatralizar la ruta turística que se realizaba por nuestra ciudad recorriendo los puntos más emblemáticos de la novela, como homenaje a su autor.



Nos pusimos manos a la obra con el mayor respeto y con el deseo absoluto de estar a la altura de lo encomendado y no defraudar. Teníamos claro que no se nos había encargado una dramatización de la novela tal cual, empresa que hubiera resultado ser un ingente esfuerzo económico y que hubiera precisado un sin fin de recursos de todo tipo, sino que acompañásemos la ruta que ya estaba establecida, salpicando las diferentes paradas con referencias tanto a la novela propiamente dicha como al Valladolid de la época, y eso hicimos.



D. Miguel nos había dejado muchas pistas pues la misma novela, desde su dedicatoria, es una declaración de amor a Valladolid y están muy bien descritas las atmósferas, las calles, los usos y costumbres... en la novela D. Miguel no cuenta sólo la historia de Cipriano Salcedo sino que nos describe con exactitud y detalle cómo era nuestra ciudad y todo lo que en ella acontecía.



La novela en sí misma a nosotros nos mueve y nos conmueve, creemos que no es posible que haya un lector que se acerque a ella y no quede tocado por los hechos relatados. Pone los pelos de punta pasear por las inmediaciones del Campo Grande o por la Plaza Mayor, cerrar los ojos, y pensar que en ese mismo espacio, en otro tiempo, sucedieron hechos tan dolorosos como los que Miguel Delibes describe en “El hereje”. D. Miguel toma partido y obliga a quien le lea a tomarlo también. Partido por la tolerancia, la libertad de pensamiento, la libertad de credo, la compasión, los derechos humanos, la no violencia... y eso es lo que hace de ella un novela absolutamente moderna y nos sirve de piedra de toque para que no permitamos que nada parecido vuelva a suceder de ninguna forma.



En la ruta que teatralizamos, nosotros tratamos de conectar el Valladolid de entonces con el Valladolid de ahora. Recordamos los tristes sucesos que en la novela se narran y los situamos históricamente, pero lo hacen personajes que son nuestros contemporáneos en un intento de que el espectador también los haga suyos. En estos 9 años la recepción del público ha sido siempre estupenda y creemos que el objetivo lo hemos conseguido cada vez. El año pasado, con la muerte de D. Miguel tan reciente, fue especialmente emotivo y a partir de ahora sabemos que estará presente siempre, siguiendo al carro de los cómicos que van desgranando las andanzas de Cipriano, como un espectador privilegiado. Nosotros siempre trataremos de no defraudarle y de hacer honor al honor recibido.



Nuestro propósito es además poder transmitir por nuestros personajes, algo del inmenso cariño que D. Miguel pone en los suyos y en la ciudad que fue testigo de su vida.







Mercedes Asenjo

jueves, 10 de marzo de 2011

COMPETENCIA DESLEAL


En nuestro país la actividad profesional debe ajustarse a las reglas y leyes que la regulan, si no se quiere incurrir en irregularidades o incluso fraudes. Las artes escénicas, en cuanto a actividad profesional, no están exentas de esta regulación. Todo individuo o colectivo de individuos que quieren desarrollar de forma profesional esta actividad deben cumplir con la legalidad administrativa, normas del mercado laboral y obligaciones fiscales que marcan nuestras leyes.

Por otro lado nuestras leyes contemplan también la posibilidad de que individuos y colectivos puedan realizar actividades relacionas con las artes escénicas desde el amateurismo, para lo que tendrían que cumplir con las normativas que regulan el movimiento asociativo y mas concretamente las referentes a asociaciones culturales.

Dos formas, dos modelos de desarrollar esta actividad cultural: el profesional y el amateur. Cada individuo, o colectivo, interesado en las artes escénicas es muy libre de elegir el modelo que mejor se adapte a sus necesidades o condiciones para desarrollar su afición o vocación, pero una vez elegido estará obligado a cumplir con las normativas que regulan cada uno de estos modelos.

Si el modelo elegido es el de amateur deberá aceptar, entre otras cosas, que su actividad es de aficionado y que en ningún caso podrá obtener remuneraciones económicas por practicarla.

Si el modelo elegido es el profesional deberá aceptar todas las obligaciones que esto implica: altas en registros administrativos, pago de salarios y de seguros sociales, obligaciones fiscales….etc.

Ocurre, por desgracia, que estas premisas, por muy obvias que resulten, no siempre se cumplen. Hay individuos y colectivos que incumplen sistemáticamente con la legalidad y que perciben “salarios” a pesar de ser aficionados o que no pagan seguros sociales a pesar de llamarse profesionales.

Nos hemos acostumbrado a aceptar como normal el hecho de que un grupo aficionado perciba cachet por representar una obra determinada. Parece ser que se han ganado este derecho, el de percibir cachet, en base al esfuerzo y los gastos que les acarrea el montaje de esa obra, y yo me pregunto: ¿Qué afición no requiere esfuerzo y gastos? ¿Acaso los aficionados a otras disciplinas culturales o deportivas perciben dinero por el esfuerzo y gastos que les supone su práctica? ¿Qué diferencia, por ejemplo, al aficionado al teatro del aficionado al esquí? El aficionado al esquí paga de su propio bolsillo el equipamiento, transporte e incluso el uso de las instalaciones públicas necesarias para desarrollar su afición ¿Por qué entonces el aficionado al teatro exige que se le paguen los desplazamientos, las dietas, los gastos del montaje o del alquiler de locales de ensayo? ¿No basta con que se les cedan gratuitamente instalaciones culturales para el desarrollo de su afición sino que además hay que costearles su hobby?

Para mi la respuesta a estas interrogantes está clara: las instituciones públicas han confundido los términos y mezclado “churras con merinas”. Las causas, a mi entender, de esta confusión son fundamentalmente dos: por un lado han sucumbido a la presión de una parte del sector amateur que exigía esas “prebendas” (ya sabemos del temor de los políticos al movimiento asociativo) y por otra han buscado cubrir un servicio que les deben a los ciudadanos de manera más económica ¡Por qué voy a gastarme tres mil en un grupo profesional si uno aficionado me lo hace por mil! Y claro, como el nivel cultural de una buena parte de los responsables político-culturales no da para distinguir calidades artísticas hemos llegado… a donde hemos llegado.

Yo no le voy a negar a nadie su derecho a considerar que lo que él hace va más allá de la afición y que tiene la suficiente calidad como para poder ser digno de percibir cachet. Pero si que le voy a pedir que, en vista de que el cachet debería llevar implícito (al menos desde el punto de vista ético) la prestación de un servicio profesional, adecuen su estatus legal para poder percibirlo, ya que, mientras la ley no diga lo contrario, los servicios profesionales solo los pueden prestar las empresas. No obstante podría darse el caso de que una asociación de aficionados necesitase de personal profesional para desarrollar su actividad, como por ejemplo un administrativo o un técnico especializado, con lo que esa asociación estaría ética y legalmente autorizada para percibir un cachet en concepto de los gastos que le acarrea ese personal, aunque, y creo no equivocarme, son muy pocas las que, en el campo del teatro, disponen de este personal.

Por otro lado existen compañías de profesionales que trabajan con una deficiente cobertura laboral. Existen individuos y colectivos que “juegan con dos barajas” y ofertan un mismo espectáculo bajo el epígrafe de asociación cultural o de empresa en función del mercado al que se dirigen. A estos individuos y colectivos les quiero pedir que reflexionen y abandonen estas prácticas que enturbian y denigran las artes escénicas y que suponen una clarísima competencia desleal para quienes actúan en coherencia con el modelo legal que han elegido.

A las administraciones públicas ya no les voy a pedir: les voy a exigir, porque estoy en mi derecho, que pongan orden en el caos que ellos mismos han provocado con su política respecto al teatro aficionado y que extremen las medidas de control para evitar prácticas que están al margen de la legalidad y que van en contra del interés general por una cultura de calidad, transparente y ordenada.

Carlos Tapia

martes, 21 de septiembre de 2010

SINDICATOS EN EL OJO DEL HURACÁN


Son muchas las reflexiones a las que me está llevando la convocatoria de huelga general hecha por los sindicatos de trabajadores para el próximo día 29, pero hay una que destaca sobre todas y que gira en torno al rechazo y desconfianza que provocan los sindicatos en buena parte de los “opinadores” profesionales de medios de comunicación y, por otra parte, entre gente de mi entorno personal, por lo general trabajadores. Los comentarios más generalizados, y en los que casi todos coinciden, hacen referencia a varios supuestos: su servilismo respecto al gobierno, su ineficacia, el parasitismo de sus liberados, el perfil pseudo-mafioso de sus dirigentes y, en definitiva y como consecuencia, la indefensión en la que han dejado a los trabajadores en los últimos años.
Yo comparto la idea de que los derechos de los trabajadores no han sido bien defendidos en los últimos años. No se han aprovechado las “vacas gordas” para equiparar los sueldos de los trabajadores con los de la Europa más desarrollada y ahora que son “flacas” toca apretarse el cinturón desde un techo salarial muy bajo. Los sindicatos tenían que haber peleado por subir ese techo cuando se podía y no lo hicieron, se durmieron en los laureles y se dejaron llevar por la complacencia de unos trabajadores demasiado ocupados en satisfacer las ansias consumistas que provocaban los bajos intereses de los bancos. Tampoco supieron ver (o cuando menos no se enfrentaron a él con la debida contundencia) el peligro de un modelo económico especulativo que nos ha llevado a la actual crisis y que ha provocado el enorme aumento del paro, aunque también en esto contaron con la complacencia de unos trabajadores que tenían la sensibilidad hipotecada en humeantes tarjetas de crédito. Pero a pesar de todo esto (o tal vez por todo esto) no creo que hayan sido serviles con el gobierno, sencillamente, creo, han estado narcotizados, como el resto de los trabajadores y de la sociedad en general.
Respecto a esos supuestos (para muchos, a estas alturas, verdades incontestables) de parasitismo de los liberados o de corruptelas de dirigentes con los estómagos agradecidos, tengo que decir que por principio me produce desconfianza todo lo que se afirma con la única prueba del “todo conocemos a uno que…” y que sin necesidad de demostración empírica alguna termina convirtiéndose en dogma ¡Vamos! que hace tiempo que todo esto me huele a manipulación y para terminar de confirmar esta impresión se sumo a la fiesta doña Espe, la más populista entre las populistas. Así que, para intentar salir de dudas, me he puesto a buscar datos. Y esto es lo que he encontrado:
Según “hazteoir.org” y el “economista.es“ dos medios, como se puede apreciar, nada sospechosos de connivencia con los sindicatos, "el Ministerio de Trabajo tiene una partida presupuestaria para 2010 (que es exactamente la misma que se aprobó para 2009), que alcanza los 15.798.500 euros, destinados a la financiación de los sindicatos y basada en la representatividad, según los resultados globales obtenidos en elecciones sindicales legalmente convocadas. Hay una segunda partida de los Presupuestos del Ministerio de Trabajo, también reproducida literalmente de 2009 al proyecto de 2010, por importe de 4.800.790 euros, que se destina a compensación económica por participación de centrales sindicales y organizaciones empresariales en los órganos consultivos centrales y territoriales del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de sus organismos autónomos y de las entidades gestoras de la Seguridad Social."
Y siguen los angelitos:
"La formación es la gran ubre que surte de dinero a los sindicatos y también a la patronal. En concepto de formación intersectorial, las dos centrales más grandes recibirán este año 21.083.110,63 euros y en la formación sectorializada el conjunto de los sindicatos percibirán 172.667.675,5 euros, de los que 83.461.408,7 euros corresponden a CCOO y 85.025.943 a UGT. Para el resto de sindicatos quedan otros 4.184.000 euros. Sumados los dos ámbitos, la formación reporta a UGT 95,55 millones de euros y a CCOO 94,01 millones de euros."
Según estas dos fuentes a estas cantidades "habría que sumar otras como tramas de subvenciones y pagos en especie que todas las administraciones y otras instituciones pagan. Ese es el agujero negro"…Afirman.
Dejando de lado esos supuestos agujeros negros, de los que no se aporta ninguna cifra ni prueba, todas estas cantidades suman en torno a 215 kilos, de los que aproximadamente 194 son para formación y el resto, poco más de 20, para financiación de los sindicatos.
¿Es mucho este dinero? ¿Está bien empleado? Sobre lo segundo creo que sería bueno que los sindicatos demostrasen la eficacia de sus liberados y que se hiciese un seguimiento más serio sobre los resultados de los cursos de formación ¡Claro que si, máxima transparencia! ya sean sindicatos, patronales, fundaciones o ONGS nadie puede estar al margen de estrictas auditorias cuando se recibe dinero público.
Sobre si es mucho el dinero que reciben lo mejor es hacer comparativas. Y que mejor, para comparar y teniendo en cuenta el servicio que prestan a la sociedad los sindicatos, que mirar hacia otro gran prestador de servicios: la Iglesia, y ya de paso nos solidarizamos con el celo que han mostrado los ultracatólicos “hazteoir” sobre el uso que se le dan a los dineros públicos.
Sólo con lo que saca de la declaración de la renta la Iglesia obtiene 241 millones ¡30 más que el total que reciben los sindicatos! A esto le tenemos que sumar los 600 millones en sueldos para los profesores de religión, los 3.500 a colegios concertados o los más 6.000 millones de euros para actividades educativas, sociales, sanitarias y de culto de la Iglesia católica. Nos quedaría lo que reciben para conservar su enorme patrimonio o lo que no aportan por estar exentos de pagar el IVA o de otros impuestos. Para terminar baste decir que sólo en la visita de Ratzinger se gastará más del doble de lo que el Estado se gasta en financiación directa a los sindicatos en un año. ¡En fin! queda claro que en nuestro país los derechos de los trabajadores salen infinitamente más baratos que las creencias de los católicos. Hay, sin embargo, un dato común a ambos: los pocos seguidores que tienen. Sólo un 15% de trabajadores está afiliado a un sindicato, cifra que está muy lejos del 72% de Suecia y Finlandia. Respecto a la Iglesia menos de un 13% de ciudadanos que se declaran católicos acuden regularmente a misa. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Carlos Tapia

martes, 22 de junio de 2010

A-NORMAL


Sé que soy atípico, puede que incluso anormal (o sea, que estoy fuera de lo normalizado). También sé que en ocasiones soy polémico, cantamañanas e incluso un cabrón con pintas.

Otros pensarán de mi que tengo la ignorancia por bandera o que debería salir de algún oscuro armario. Y no faltará quien opine que soy un traidor, un apátrida que ni siquiera tiene derecho a la vida.

Pero a pesar de todo ello, yo lo voy a decir: ¡LA ROJA ME LA TRAE AL PAIRO!

No se equivoquen, la naranja, la verde, la amarilla, la azul, la rayada, la cuadriculada, la de estilo “burberrys”, también, todas sin excepción.

El Mundial, el mundialito, la “championlí”, la copa, la recopa y el copón, pues también.

Nunca como hasta ahora había visto al personal tan adocenado. Los equipos creativos de publicidad han triunfado al coincidir en temática. Y es que nada mejor que apelar a nuestro espíritu peñero para conseguir el fin propuesto: Vender como locos.

Y no solo eso, porque entre partido y partido, ¡Toma reforma laboral!, ¡Toma subida de i.v.a!, ¡Toma reducción de presupuestos!, ¡Toma recorte!, pero eso sí ¡PO-DE-MOS!.

Ahí está “la roja”, que no es una señora con tendencias comunistas, regalándonos ilusión y gastos a mogollón. ¡Que no falte el presupuesto! Y cuando vuelvan, paseo en hombros hasta la fuente que más rabia nos de, porque acabamos de redescubrir el placer de lanzar al homenajeado al pilón, como en los viejos tiempos.

Apelo a la libertad de expresión para poder decir esto, al sentido cívico para no recibir insultos y al sentido común para respetar a quien no esté de acuerdo.

Me preocupa tanta bandera en el balcones y ventanas, tanta camiseta, tanta caja de televisor plano amontonada con la basura de la calle, tanta falsa solidaridad nacional, tanta ilusión concentrada, tanta neurona adormecida. Me preocupa comprobar lo fácil que es desmontar el espíritu crítico y convencernos de que vamos todos a una, somos un país unido, si ganamos el mundial (o si quedamos segundos) vamos a salir de la crisis, ¡una lección para el mundo!.

Sí lo sé. Soy un cenizo, un gilipollas, un ............. (poner aquí lo que más apetezca).

Aún quedan esperanzas. Si juntamos a Manolo el del Bombo, los televisores LCD HD Full 3D y la cerveza que más anima a la selección, tendremos el mejor ejemplo de I+D+I, justo lo que necesitamos para tener un mercado laboral más competitivo y una sociedad con más bienestar.

¡Venga, a vestir de rojo! ¡OEEEEEEE!


Javier Esteban